En África, entre los bayeka, en el momento de abrir una nueva galería, el jefe,

rodeado de un cierto número de obreros y acompañado de un sacerdote, recita una oración a los «espíritus del cobre» ancestrales que rigen la mina. Siempre es el jefe el que decide dónde se debe comenzar a perforar para no molestar ni irritar a los espíritus de la montaña. Igualmente los bakitara tienen que apaciguar a los espíritus, «dueños del lugar», y durante los trabajos han de observar numerosos tabúes, sobre todo sexuales7. La pureza ritual desempeña un papel considerable. Los aborígenes de Haití estiman que para encontrar oro hay que ser casto y sólo comienza la búsqueda del mineral tras largos ayunos y varios días de abstinencia sexual. Están convencidos de que si la búsqueda resulta vana, es a consecuencia de su impureza. Luego veremos la importancia de los tabúes sexuales durante los trabajos de la fusión del metal.

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

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