No pienses que Cristo y Jesús son sinónimos. Ahí es donde radica el error en

los dos mil años de la iglesia cristiana. Han venido muchos en ese tiempo; ha sido un largo periodo: muchos han venido fuera del redil cristiano, y unos pocos han venido incluso en el redil cristiano mismo. Meister Eckhart era un Cristo, y también lo fue Jakob Boehme, y también lo fue San Francisco. Éstos estuvieron en el mismo redil, pero aun así el cristianismo se los perdió porque estaba esperando a Jesús: el mismo cuerpo, la misma forma. Eso es una absoluta tontería. No va a volver a suceder. Jesús no se puede repetir. Para repetir a Jesús tendrás que repetir toda la historia que precedió a Jesús, y eso es imposible. Jesús no se puede repetir, porque para que Jesús esté aquí necesitarás a María, necesitarás a José el carpintero, necesitarás el mismo mundo de Jerusalén de hace dos mil años. Necesitarás al rey Herodes, y al gobernador general Poncio Pilatos. Necesitarás toda la estructura, porque Jesús llegó como parte de ella. No, Jesús no puede repetirse. No hay manera. Pero Cristo puede descender. Cristo puede descender a cualquiera. Cuando Juan el Bautista bautizó a Jesús en el río Jordán, la historia dice que vino del cielo una gran paloma blanca, de la nada... Nadie había visto semejante blancura, semejante pureza, y descendió a Jesús y desapareció en Jesús. Esto es tan solo simbólico. Esto es simbólico del estado crístico: Jesús se iluminó... Algo del más allá. Como diría el Maestro Lu-Tsu: «El cielo penetró en la tierra.» Éstos son solo símbolos, metáforas: una paloma blanca que desciende del cielo, entra en Jesús y desaparece. Y desde ese momento Jesús ya no es Jesús, es Cristo. Lo mismo le sucedió a Buda bajo el árbol bodhi: algo descendió a él, y después de eso no era Gautama Siddhartha, era Buda. No esperes la venida de Jesús. Y si esperas la venida de Jesús estarás perdiendo el tiempo. No va a venir, no puede venir. Pero si estás esperando la venida de Cristo, entonces no hay necesidad de esperar: ¡Cristo ya está aquí! Y los que han estado esperando a Cristo —no la forma particular, sino la consciencia, su esencia— siempre han encontrado a Cristo en uno u otro lugar. Han existido miles de Maestros en la misma consciencia.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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