En el mundo moderno, donde hay tantos problemas, uno está propenso a perder la grandeza
de sentimiento. Entiendo por esa palabra sentimiento, no el sentimentalismo, emocionalismo, no la mera excitación, sino esa calidad de percepción la calidad del oír, del escuchar, la calidad del sentir, sentir un pájaro que canta posado en un árbol, el movimiento de una hoja bajo el sol. Sentir las cosas con grandeza, profundamente, agudamente, es muy difícil para la mayoría de nosotros, debido a la gran cantidad de problemas que tenemos. Cualquier cosa que tocamos parece convertirse en un problema. Y, aparentemente, no hay un final para los problemas del hombre, quien parece completamente incapaz de resolverlos, ya que cuanto más aumentan los problemas existentes, más disminuyen nuestros sentimientos. Por «sentimiento» quiero decir la apreciación de la curva de una rama, de la escualidez, de la suciedad del camino; quiero decir ser sensible al dolor de otro, hallarnos en estado de éxtasis ante una puesta del sol. Éstas no son expresiones de sentimentalismo, no son meras emociones. La emoción y el sentimentalismo se convierten en crueldad, pueden ser usados por la estructura social; y cuando hay sentimentalismo, sensación, nos volvemos esclavos de la sociedad. Pero uno debe tener grandes sentimientos. El sentimiento por la belleza, el sentimiento por una palabra, por el silencio entre dos palabras, la capacidad de escuchar con claridad un sonido, todo eso genera profundidad en el sentir. Y es esencial tener sentimientos intensos, porque sólo el sentir con profundidad y grandeza torna a la mente sensible en alto grado.
Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .