Hay que bajar al "sepulcro" o se a "descender a los infiernos" como hicieron simbólicamente
los grandes iniciados ("Orfeo", ' Cristo", etc.), que equivale a descender a estados de conciencia "inferiores" o "infernales", para "resucitar al tercer día de entre los muertos" (según la simbólica frase de las iniciaciones egipcias en su prueba final) y "ascender a los cielos" en definitiva y apoteósica liberación.
Eduardo Alfonso . La iniciación .