Tranquilo e impasible, deslízase el peregrino siguiendo la corriente que conduce al Nirvana.
Sabe él que, cuanto más sangren sus pies, tanto más limpio y purificado quedará. Sabe bien que, después de siete nacimientos breves y pasajeros, el Nirvana será suyo.
H.P. Blavatsky . La voz del silencio .