Veamos aquí una segunda razón por la que el hombre nuevo a adquirido tantos derechos

y propiedades tan poderosas y maravillosas. Es que, durante el tiempo que ha estado en el desierto, ha aprendido a conocer el nombre del enemigo que estaba obstinado en su persecución. Ha conocido su región, sus facultades, su fortaleza, las causas remotas o próximas que lo han puesto junto a él, el nombre y la autoridad de los jefes bajo cuyas órdenes actúa, sus rela- ciones, sus correspondencias, los planes generales y particulares que se le han marcado y los medios que utiliza cada día para tratar de alcanzar sus fines desastrosos. Cuanto más profundos descubrimientos ha hecho el hombre nue- vo sobre el motivo y la razón de este malhechor, más ha estado a punto de desbaratar sus planes y de hacer que fallen todas sus trampas, ya que, lo mis- mo que el espíritu del hombre no puede quedarse en la nada ni en el vacío de acción, tampoco puede alejar de sí la influencia falsa sin que lo llene la in- fluencia verdadera.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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