Había ahí un centro naval con sus modernos medios de matar a la humanidad. Pasamos
de largo y doblamos hacia la derecha, dejando el mar atrás; y después de los pozos de petróleo, alejándonos aún más del mar, atravesamos por naranjales, pasamos un campo de golf hasta llegar a un pequeño poblado donde otra vez la carretera serpenteaba atravesando huertos de naranjos, con el aire impregnado del perfume de azahar. Y todas las hojas de los árboles se veían relucientes. Parecía haber una gran paz en este valle, tan quieto, tan alejado de todas las multitudes, de los ruidos la vulgaridad. Este país es hermoso tan vasto con sus desiertos, con las montañas coronadas de nieve, los poblados, las grandes ciudades y los ríos más grandes aún. La tierra es maravillosamente bella, vasta, global.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .