En definitiva, la creencia en la transmutación, así como la fe en la posibilidad de
prolongar indefinidamente la vida humana, han precedido en la India a la influencia de los alquimistas árabes. El tratado de Nágárjuna lo afirma con suficiente claridad: la transmutación puede efectuarse, bien por medio de drogas, bien por el Yoga: la alquimia se sitúa naturalmente, como hemos visto, entre las técnicas «místicas» más auténticas. La dependencia de la alquimia india de la cultura árabe no está demostrada: la ideología y las prácticas alquímicas aparecen en los ambientes ascetas y yogui, que habían de resultar muy poco influidos por la cultura árabe cuando se produjo la invasión musulmana de la India. Sobre todo se encuentran tantristas alquímicos en regiones donde el islamismo apenas penetró, como el Nepal y el país tamul. Incluso aun cuando se suponga que el mercurio fue introducido en la India por los alquimistas musulmanes, no es menos cierto que éste no se halla en el origen de la alquimia india que, en cuanto técnica e ideología solidarias del Yoga tántrico, existía ya desde hacía varios siglos. El mercurio vino a sumarse a la serie de sustancias ya conocidas y utilizadas por los alquimistas indios. Por otra parte, las experimentaciones efectuadas con el mercurio debieron conducir a una pre-química rudimentaria que se desarrolló poco a poco junto a la alquimia india tradicional.
Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .