Kavido, no es necesario enfocarse, porque enfocarse significa concentración; concentración significa tensión. Es necesario no

enfocarse, es necesario un estado de absoluta falta de concentración, para que estés abierto y disponible a todos los lados, a toda la existencia. Y la diferencia es grande: cuando te concentras estás enfocado en una cosa, pero cerrado a todo lo demás. Por ejemplo, si me estás escuchando, puedes escuchar de dos maneras. Una es la manera de la concentración, que te han enseñado en las escuelas, colegios, universidades. Si te concentras en mí, entonces estarás sentado aquí muy tenso y te sentirás cansado. Entonces no puedes escuchar este avión que pasa, y los pájaros trinando, y el viento soplando entre los árboles. No, todo eso tiene que ser excluido de tu consciencia. Tienes que estrechar tu consciencia, y estrechar tu consciencia es un gran esfuerzo, agotador. Hay otra manera de escuchar, y ésa es mi manera de escuchar: simplemente estás abierto, disponible. Estoy hablando, pasa el avión: también oyes ese ruido; los pájaros cantan: también oyes ese ruido... y esto no es una distracción. De hecho, lo que estoy diciendo se vuelve más hermoso porque participa también de muchas otras cosas. Los pájaros cantando alrededor añaden algo a lo que estoy diciendo: se vuelve más total, no es separado de la vida. Entonces representa la totalidad de la vida. Entonces los árboles forman parte de ello, y el viento y la lluvia y el sol..., todos forman parte de ello. Y entonces no estás cansado después de una hora; te sentirás refrescado, relajado. Puede que no seas capaz de recordar exactamente lo que he dicho, pero eso no es necesario en absoluto. Lo habrás absorbido. Tendrá su impacto en tu ser para siempre, se habrá vuelto parte de ti, lo habrás digerido. Necesitas memorizar algo si no lo has entendido. Si lo comprendes, se ha terminado: no hay necesidad de cargar con ello como un recuerdo. Necesitas memorizar algo porque no lo comprendes, por miedo: quizás sea necesario alguna vez en el futuro, de manera que tienes que programar tu mente. Pero es una ocupación agotadora. Enfocarse es concentración; la concentración es agotadora. Yo te enseño meditación, no concentración. Y ésta es la diferencia: la meditación es simplemente estar abierto, relajado, disponible... a todo lo que está sucediendo; y entonces, de repente desciende el silencio, te penetra el más allá; el cielo penetra en la tierra. Entonces Dios está muy cerca: está de la mano. Le respiras. Quiero que experimentes a Dios conmigo. No quiero que practiques para experimentar a Dios más tarde. ¡Eso es una tontería! Si no puedes experimentarlo aquí conmigo, ¿dónde lo vas a experimentar? ¿Sentado en tu habitación en la postura del loto, con cara de tonto, vas a experimentar a Dios? ¡Experiméntalo en este mismo momento! Esto es un estado de no-hacer: no estoy haciendo nada. Hablar con vosotros no es un acto para mí, es solo una respuesta. Es natural. Vuestra presencia lo provoca. Y no es producto de mi voluntad: está sucediendo. Y escucharme no necesita ser producto de la voluntad: deja también que suceda. Entonces habrá un encuentro, una comunión. Kavido, no hay necesidad de enfocarse, no hay necesidad de elegir, no hay necesidad de usar la voluntad. Ésos son los modos del ego, y el ego hay que desecharlo por completo. Entonces vives de manera totalmente diferente, de una manera sin ego. Y ése es el camino del Tao.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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