Cada individuo es libre de presentarse a cualquier cargo o de votar a quien le

parezca conveniente, y quien salga elegido puede ser mucho más sensato que cualquier presidente o primer ministro. Entonces, como solo va a ocupar ese puesto durante seis meses, no puede perder el tiempo inaugurando esta universidad y la otra, o ese puente y el otro, o esa carretera; no puede perder el tiempo en absurdas inauguraciones. Y el Parlamento se limita a discutir sobre asuntos absurdos, como si dispusieran de todo el tiempo del mundo. Para aprobar una simple ley necesitan años y años. Una persona que solo vaya a mantenerse en ese cargo seis meses no puede permitirse semejantes estupideces. Se rodeará de asesores científicos, de expertos en diferentes campos. Por ejemplo: en el terreno de la economía buscará a los mejores cerebros de la economía para que lo asesoren. No dispone de mucho tiempo. No puede apoyarse en políticos de tercera clase que solo conocen el arte de la mentira y nada más. Si tiene que tomar decisiones sobre la educación, pedirá consejo a los grandes especialistas en educación del mundo entero. Pero ahora ocurren cosas tan extrañas... Os doy una fórmula: un solo mundo.

Osho . El libro del ego .

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