Cuando los hombres consideran los objetos, tanto naturales como artificiales, que se presentan ante ellos
por primera vez, ¿no es su primer paso preguntarse para qué sirven y cuál es la finalidad de su existencia? Por eso es por lo que llegan pronto a conocer cuál es la finalidad o el espíritu de todas las cosas útiles, necesarias o agradables que los rodean. ¿Por qué no se preguntan con el mismo interés cuál debe ser la utilidad del hombre? o, mejor dicho, ¿por qué se les responde tan mal cuando hacen esta pregunta? Es porque todavía son débiles y, lo mismo que de niños, les hubiese gustado preguntarse a ellos mismo y porque las personas a las que se dirigen después han caído por debajo de este estado de infancia, en relación con esta gran pregunta.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .