¿No han advertido que si se sientan quietamente a la orilla del río pueden escuchar

su canto el suave chapaleteo de las olas, el sonido de la corriente que pasa? Siempre hay una sensación de movimiento, un movimiento extraordinario hacia lo más ancho y profundo. Pero en la pequeña alberca no hay movimiento alguno, sus aguas se hallan estancadas. Y, si observan bien, verán que esto es lo que desea la mayoría de nosotros: pequeñas albercas estancadas lejos de la vida. Decimos que nuestra “existencia de alberca” está bien, y hemos inventado una filosofía para justificarla; hemos desarrollado teorías sociales, políticas, económicas y religiosas en apoyo de esa filosofía, y no queremos que se nos perturbe porque lo que perseguimos es un sentido de permanencia.

Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .

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