El discípulo no tiene que aprender lo que enseña el maestro, sino cómo es el
maestro. A eso es a lo que se refiere Dogo cuando dice: «Pero he estado dándote lecciones de Zen desde que llegaste. Cuando me traes el té por la mañana, lo acepto. ¿No lo has observado..., la manera en que lo acepto? ¿No te has armonizado profundamente conmigo cuando acepto el té que me traes? Cuando me sirves la comida, la como. Cuando te inclinas ante mí, me doy por enterado. ¿De qué otra manera esperas aprender Zen?».
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .