Llamaré la atención sobre otro punto. En el mundo fenoménico del ser humano común que
no ha pasado todavía por la experiencia iniciática del renacimiento, el énfasis ha estado siempre y lo está hoy, sobre la relación dual de los sexos, dando testimonio de ello las novelas, las obras de teatro, las películas y los asuntos de los hombres. La creatividad se expresa principalmente en la propagación de la raza, efectuada por la relación masculina y femenina, o por los polos positivo y negativo de la familia humana. Esto es correcto y bueno y forma parte del Plan divino. Aunque los hombres hayan prostituido sus facultades y envilecido sus relaciones, el plan básico es divino e ideal. Después de la primera iniciación, toda la relación sexual se transfiere gradual y constantemente al lugar que corresponde, como una mera fase natural de la existencia en los tres mundos y como uno de los apetitos normales y correctos, pero el énfasis cambia. La experiencia y la analogía superiores y aquello de lo cual el sexo físico es sólo el símbolo, se hace evidente. En lugar de masculino y femenino, surge la relación magnética entre la ahora negativa personalidad y el alma positiva, con la creatividad consiguiente en los planos superiores. El centro coronario y el centro entre las cejas (ajna) son los agentes de esta relación y eventualmente -por medio del cuerpo pituitario y la glándula pineal- condicionan la personalidad, permitiendo su fusión con el alma.
Alice A. Bailey . El Sexo .