Recuerda, una vez más, que todos los decretos de este consejo celeste no pueden tener
como finalidad nada más que la paz, la gloria, la felicidad y la difusión del reino de la vida, por lo que, desde el momento en que el consejo celeste quiere pronunciar en ti tales decretos, cada uno de tus pasos y tus mo- vimientos debe ser una victoria, una ejecución de algún juicio Divino, una liberación de algún esclavo y un crecimiento del reino de la luz, y todas estas obras son otros tantos himnos a la gloria del que ha venido a deliberar en ti sobre ellas y a decretarlas y que quiere confiarte su realización para transmitirte por este medio chispas de esta alegría Divina e inmortal, que es el elemento primitivo de tu existencia. Anímate. La empresa requiere tus cuidados y tu atención; pero al cabo de poco tiempo te sentirás compensado de tus trabajos y te dirás: ¿Cómo no va a ser Dios un ser incomprensible, si veo que el hombre tiene también este privilegio y que, para que lo reconociesen sus semejantes cuando vuelve a su ley, haría falta que los cielos y la tierra se renovasen para ellos, sin lo cual no es a sus ojos más que una masa muda y sin valor?.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .