Recuerda, deja que te mueva el cielo, deja que te mueva Dios, entrégate a lo

total. De otra forma, seguirás reaccionando a situaciones, y las situaciones seguirán teniendo efecto en ti, en tu inconsciente, y seguirás siendo el mismo. Puedes cambiar de mujer, puedes cambiar de hombre, puedes cambiar de trabajo, puedes cambiar de casa, puedes seguir cambiando cosas, pero nada cambiará realmente nunca. A menos que la totalidad tome posesión de ti y tu corazón ya no sea activado por cosas externas, sino que sea activado por el núcleo más profundo de tu ser —llámalo Dios, cielo, Tao— cuando no lo estás moviendo tú, cuando eres tan solo un instrumento en manos de lo total, a esto es a lo que se refiere Jesús cuando dice: «Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad.» Ésa es su manera de decir, una manera judía de decir la misma verdad. Ésta es una manera china de decirla: Deja que el cielo mueva tu corazón.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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