Lu-Tsu está hablando de tres señales confirmatorias. A la primera la llama «los dioses están

en el valle.» Los que están avanzando —y todos vosotros estáis avanzando hacia la meditación— van a encontrarse con estos espacios extraños pero enormemente bellos. La primera señal de que la meditación ha empezado a volverse un fenómeno cristalizado en ti es «la presencia de los dioses en el valle». ¿Qué significa esta metáfora? Significa que en el momento en que la meditación empieza a suceder en ti, toda la existencia se vuelve un valle y tú estás en la cima de una colina. Empiezas a elevarte y el mundo entero se vuelve un valle, lejano, ahí abajo... y tú estás sentado en la cima soleada de una colina. La meditación te eleva, no físicamente, sino espiritualmente, y el fenómeno es muy claro cuando sucede. Éstas serán las señales. Cuando estés entrando en ti en la meditación, de pronto verás que surge una gran distancia entre ti y los ruidos que te rodean. Puede que estés sentado en un mercado y de repente notes que está surgiendo una brecha entre ti y los ruidos. Hace solo un momento esos ruidos estaban casi identificados contigo; estabas en ellos. Ahora estás alejándote de ellos. Estás ahí físicamente como estabas antes, no hay necesidad de irse a las montañas. Ésta es la manera de encontrar las montañas reales del interior, ésta es la manera de encontrar los Himalayas dentro de ti. Empiezas a entrar en un profundo silencio y de pronto todos los ruidos que estaban tan cerca de ti y todo el barullo que había empiezan a alejarse, a retroceder. Todo es como era antes, por fuera no ha cambiado nada; estás sentado en el mismo lugar en el que habías empezado a meditar, pero según la meditación se haga más profunda esto es lo que sentirás: sentirás que surge una distancia de las cosas externas.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

Índice