El ser más inteligente del universo -el hombre- jamás ha estado entonces sin un amigo;

más bien tiene una rama de hermanos mayores que velan contínuamente por el progreso de los menos adelantados; que conservan el conocimiento adquirido a través de eones de ensayo y experiencia, e incesantemente buscan las oportunidades de inducir la inteligencia en desarrollo de la raza, en éste o en otros globos, a considerar las grandes verdades que conciernen al destino del alma. Estos hermanos mayores también guardan el conocimiento que ellos mismos han adquirido de las leyes de la naturaleza en todos sus departamentos, y se encuentran siempre dispuestos a usarlo, cuando lo permita la ley cíclica, para el provecho de la humanidad. Ellos siempre han existido como un cuerpo o asociación, todos conociéndose unos a otros, sin importar la parte del mundo en que puedan encontrarse, y todos trabajando por la raza humana en diferentes formas. En algunas épocas llegan a ser bien conocidos por la gente y circulan dentro de núcleos de hombres comunes, siempre que la oranización social, la virtud, y el grado de desarrollo de los pueblos lo permitan. Porque si se dieran a conocer públicamente en todas partes, serían venerados como dioses por unos y perseguidos como demonios por otros. En esos períodos en que ellos se manifiestan, algunos de sus miembros se convierten en gobernantes de los hombres, otros en instructores y unos cuantos en grandes filósofos, mientras que otros permanecen aún desconocidos, excepto para los miembros más avanzados de su grupo.

William Judge . El Oceano de la Teosofia .

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