Pero las naciones impías que se han hecho enemigas de estas dos alianzas han combatido
a la primera o la han despreciado, porque imponía cargas muy pesadas, y no han aprovechado la segunda, porque las cargas que les imponía eran tan poco materiales que las encontraban inconsistentes y no han querido tener en cuenta su precio ni comprobar todo su valor. Así es como los prime- ros prevaricadores no han aprovechado el camino laborioso de la reconcilia- ción que habrían encontrado en el primer hombre, antes de su caída, y tampo- co han disfrutado de las ayudas que se les han concedido después de su crimen. Pero generalmente una prevaricación es causa de otra aún mayor y el castigo que inflige la justicia a los culpables consiste en dejarlos que se hagan aún más culpables, cuando no duplican sus esfuerzos para entrar en los caminos de la verdad, por medio del arrepentimiento y de la penitencia, al ver los auxilios que se les envían.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .