El drama de la creación y la historia de la revelación están descritas, si sólo

pudiéramos ver e interpretar los hechos con exactitud espiritual, en la relación de los dos sexos y en la realidad de la cópula. Cuando tal relación ya no sea estrictamente física, sino la unión de dos mitades en los tres planos -físico, emocional, mental- entonces tendremos la solución del problema sexual y la restitución de la relación marital al lugar designado en la Mente de Dios. En la actualidad significa la unión de dos cuerpos físicos. A veces es la unión de las naturalezas emocionales de dos personas. Rara vez se unen dos mentes. Otras es la unión de dos cuerpos físicos donde una de las partes permanece fría, impávida y desinteresada, pero responde y participa el cuerpo emocional. A veces se halla implícito el cuerpo mental con el cuerpo físico y no participa la naturaleza emocional. Raras, pero muy raras veces, encontramos en las dos partes la fusión coordinadora y colaboradora de las tres partes de la personalidad, implicadas en una auténtica unión. Cuando esto sucede existe la verdadera unión, el verdadero matrimonio y la fusión de los dos en uno. Por esta razón han errado el camino muchas escuelas esotéricas que sostienen la errónea idea de que una unión de esta naturaleza es esencial para la liberación espiritual, y que sin ella el alma queda aprisionada. Enseñan que mediante la unión matrimonial se logra la unificación con el alma y que no puede haber liberación espiritual sin efectuar dicha unión. Pero en realidad, la unificación con el alma es una experiencia individual interna que da por resultado la expansión de conciencia, a fin de que lo individual y lo específico se unifiquen con lo general y lo universal. Sin embargo, detrás de la interpretación errónea reside la verdad.

Alice A. Bailey . El Sexo .

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