El anhelo de devenir origina temores; ser, lograr, y así depender, engendra miedo. El estado

de no-miedo no es negación, no es lo opuesto del miedo ni es valentía. En la comprensión de la causa del miedo está su terminación, no en el volverse valiente, porque en todo «volverse», en todo «llegar a ser», está la semilla del miedo. Depender de cosas, de personas o de ideas, engendra miedo; la dependencia tiene su origen en la ignorancia, en la falta de conocimiento propio, en la pobreza interna; el miedo causa incertidumbre de la mente corazón, nos impide comprender y comunicarnos. Gracias a la percepción alerta de nosotros mismos, comenzamos a descubrir y, por lo tanto, a comprender la causa del miedo, no sólo del miedo superficial, sino de los miedos causales profundos y acumulativos. El miedo es tanto innato como adquirido; se relaciona con el pasado, y para liberar del miedo al pensamiento sentimiento, el pasado debe ser comprendido a través del presente. El pasado está siempre deseando dar nacimiento al presente, y eso se convierte en la memoria que identifica al «yo» y «lo mío». El «yo» es la raíz de todo miedo.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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