La mente es la esencia de la divinidad; pero es de todo punto notorio que

la mente lo mismo puede crear que destruir; que rige y guía las emociones y es el ímpetu que nos empuja hacia nuestra meta. La mente puede y debe hallar por sí misma la Verdad, y por sí misma debe aprender a vivir en el Reino de la Felicidad. Sin una mente disciplinada y una congénita inteligencia no podréis acercaros a vuestra meta. También notaréis que la mente empequeñece las cosas, ansía formas y desea ocuparlas. La mente propende siempre a ser concreta, y habéis de precaveros contra esta característica de la mente.

Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .

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