El hierro conserva aún su extraordinario poder mágico-religioso, incluso entre los pueblos que tienen una

historia cultural bastante avanzada y compleja. Plinio escribía que el hierro es eficaz contra las noxia medicamenta. y también adversus nocturnas limphationes (Nat. Hist., XXXIV, 44). Creencias similares se encuentran en Turquía, Persia, India, entre los dayak, etc. En 1907 J. Goldziher acumulaba ya un montón de documentos concernientes al empleo del hierro contra los demonios. Veinte años después S. Seligmann duplicaba el número de referencias; prácticamente, el dossier es ilimitado. Corresponde sobre todo al cuchillo el alejar a los demonios. En el nordeste de Europa los objetos de hierro defienden las cosechas tanto de las inclemencias del tiempo como de los sortilegios y del mal de ojo4. Todo ello forma parte del prestigio de la más moderna entre las «edades del metal», la edad del hierro victorioso, cuya mitología, si bien sumergida en gran parte, sobrevive todavía en ciertas costumbres, tabúes y «supersticiones», en gran parte insospechadas. Pero al igual que los herreros, el hierro conserva su carácter ambivalente: también puede encarnar el espíritu «diabólico». En más de un lugar se conserva un oscuro recuerdo de que el hierro representa no sólo la victoria de la civilización (es decir, de la agricultura), sino también de la guerra. El triunfo militar se homologará a veces con el triunfo demoníaco. Para los Wa Chagga el hierro contiene en sí mismo una fuerza mágica que es la enemiga de la vida y de la paz.

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

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