Pero es también atribuible a la presencia de elementales artificiales de naturaleza hostil, engendrados por
el pensamiento del hombre. Los pensamientos de odio, envidia, venganza, rencor, mala intención y descontento se producen por millones, de suerte que el plano astral esta lleno de elementales artificiales cuya vida consiste en tales sentimientos. ¡Qué oleadas de desconfianza y de suspicacia nos encontramos también, como veneno arrojado por el ignorante contra todos los que por su maneras o su aspecto tienen para él algo raro y poco común! La ciega desconfianza respecto de todo forastero, el desdeñoso menosprecio hacia naturales de otras comarcas, contribuyen también a las malas influencias del mundo astral.
Annie Besant . La sabiduría antigua .