El gran punto capital del cual es necesario acordarse, concerniente a Malkuth, es que en

él se completa la estabilidad. Esta cualidad es posible, dada la inercia de Malkuth. Los demas Sephiroth son dinámicos en grados variables; el mismo Pilar del Centro establece solamente el equilibrio como función, como un hombre que logra marchar sobre una cuerda. Como sucede con los otros Sephiroth, Malkuth no puede ser comprendido sino en relación con sus vecinos; pero, en este caso, no hay más que uno: Yesod. No es posible comprender a Malkuth si antes Yesod no ha sido comprendido. Porque si Malkuth, esencialmente, es la Esfera de la forma, toda coherencia de partes, excepto las presiones mecánicas y las atracciones y repulsiones magnéticas, depende de las funciones de Yesod. Y Yesod, aunque es esencialmente un Sephirah productor de formas, para las manifestaciones de sus actividades depende de la substancia que le ofrece Malkuth. Las formas de Yesod son “la tela con que se tejen los sueños” hasta que hayan absorbido las partículas densas de Malkuth para hacer el cuerpo de estas formas. Son sistemas de presiones en cuya armazón están incrustadas las partículas físicas. Lo mismo es para Malkuth: su materia es inanimada hasta que recibe los influjos de las fuerzas de Yesod, que la animan.

Dion Fortune . La Cabala Mistica .

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