Cuando Miguel Ángel estaba trabajando en la Capilla Sixtina, estaba haciendo una pintura de Jesús.
La pintura estaba casi completa, solo faltaban los últimos toques finales, pero esos últimos toques finales le estaban resultando muy difíciles. Jesús no le estaba saliendo como Jesús; faltaba algo en el rostro de Jesús: no tenía esa suavidad, esa energía femenina, esa cualidad de amor. Lo intentó y lo intentó durante días, y entonces recordó que se había peleado con un amigo y lo llevaba consigo. Y entonces se acordó del dicho de Jesús, que si vas a rezar y no te sientes bien respecto a un amigo o un hermano, entonces primero vete a pedir perdón.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .