Al principio, tan escasamente consciente como el cuerpo físico de un recién nacido, permanece como

en soñolencia hasta que las experiencias obran sobre él desde lo exterior y le ayudan a despertar la actividad de alguna de sus fuerzas latentes. Luego, poco a poco va desempeñando papel cada vez más importante en la dirección de su existencia; y finalmente, conseguida la madurez, toma su vida entre sus propias manos t adquiere siempre creciente imperio sobre su destino futuro.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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