Esta idea puede aplicarse al hombre, y para los propó¬sitos de esta conferencia podemos definirlo

como esa energía central, vida o inteligencia, que actúa por medio de una manifestación material, o forma construida por miríadas de vidas menores. Sobre el particular diré que en el mo¬mento de la muerte se ha observado frecuentemente un extraño fenómeno. Hace algunos años me llamó la atención sobre esto, una de las más hábiles enfermeras quirúrgicas de la India, que durante mucho tiempo fue atea, pero había comenzado a dudar de su incredulidad después de haber sido testigo de ese fenómeno repetidas veces. Me explicó que en el momento de la muerte, en diversos casos, había visto surgir de la cima de la cabeza un destello de luz, y que en un caso particular, al morir una joven de evidente avanzado desarrollo espiritual, de gran pureza y santidad de vida, quedó el aposento iluminado momentáneamente como por una luz eléctrica. Además, hace poco, en una de nuestras populosas ciudades meridionales, varias eminencias médicas recibieron una carta, donde un investigador preguntaba si habían observado algún fenómeno particular en el momen¬to de la muerte. Algunas respondieron haber visto una luz azulada surgiendo de la cima de la cabeza del moribundo, y una o dos afirmaron que habían oído un chasquido en la cabeza. Este último caso está corroborado por el Eclesiastes, donde se menciona la rotura del cordón plateado, o de ese vínculo magnético que une la entidad que mora interna¬mente, o el pensador a su vehículo de expresión. En los dos casos mencionados, se advierte una demostración visual del retiro de la luz central o vida, y la consiguiente desintegra¬ción de la forma y dispersión de las miríadas de vidas me¬nores.

Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .

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