En la conferencia anterior vimos algo que puede apli¬carse a todos los átomos y constituye

cierta notable caracte¬rística que los científicos de todas partes van reconociendo. Se ha demostrado que los átomos poseen vestigios de mente y una rudimentaria inteligencia. El átomo demuestra po¬seer la facultad de discernir y el poder de seleccionar, la capacidad de atraer o repeler. Podrá parecer extraño el em¬pleo de la palabra inteligencia con relación a un átomo químico, no obstante, la etimología de la palabra incluye perfectamente esta idea. Deriva de dos palabras latinas: inter, entre, y legere, elegir. Por lo tanto, la inteligencia es la facultad de pensar o elegir, seleccionar y discernir. En realidad es ese algo abstracto e inexplicable que reside detrás de la gran ley de atracción y repulsión, una de las leyes básicas de la manifestación. Esta fundamental facul¬tad de la inteligencia caracteriza a toda la materia atómica y rige también la construcción de las formas o conglomera¬ción de átomos.

Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .

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