¿No brinda entusiasmo la creencia? ¿Puede el entusiasmo sostenerse sin una creencia? Y ¿es siquiera
necesario el entusiasmo, o lo que se requiere es una clase diferente de energía, de vitalidad, un impulso diferente? La mayoría de nosotros siente entusiasmo por una cosa u otra. Somos muy vehementes, muy entusiastas con respecto a conciertos, a la ejercitación física, o cuando vamos a un «picnic». A menos que sea alimentado todo el tiempo por una cosa u otra, el entusiasmo se desvanece y tenemos un entusiasmo nuevo por otras cosas. ¿Existe una fuerza, una energía que se sostenga por sí misma, que no dependa de creencia alguna? La otra pregunta es: ¿Necesitamos, acaso, una creencia, de cualquier clase que sea? Si así fuera, ¿por qué es necesaria? Ése es uno de los problemas involucrados. No necesitamos «creer» que existe la puesta del sol, que existen las montañas, los ríos. No necesitamos «creer» que reñimos con nuestras esposas. No necesitamos «creer» que la vida es una desdicha terrible con su angustia, su conflicto y su constante ambición; eso es un hecho. Pero necesitamos una creencia cuando queremos escapar de un hecho hacia una irrealidad.
Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .