Los más sabios de ellos han creído que, al construir templos al Señor con piedras

talladas con herramientas de hierro y con la forma que ellos le han dado, habían cumplido los planes divinos en cuanto al culto y los homenajes que espera de los mortales la divinidad. No han visto que era de este templo imperecedero del que esperaba el triunfo de su gloria, de este templo, en el que los instrumentos materiales son completamente inútiles, tanto para tallar las piedras como para sacarlas de las canteras, para transportarlas o, finalmente, para colocarlas definitivamente en el lugar que deben ocupar en el edificio.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

Índice