Sagarpriya, el ego no es masculino ni femenino. El ego es simplemente el ego. Lo
que se vuelve duro con resistencia al ego masculino es el ego femenino. Eres consciente del ego masculino; no eres consciente de tu propio ego. ¿Quién se resiste a rendirse? Toma más consciencia de tu propio ego y entonces todo será más fácil. Todo el mundo es consciente el ego del otro, pero no se puede hacer nada con el ego del otro. Lo único que se puede hacer es solo con uno mismo. Dices: «Me resulta casi imposible rendirme al ego masculino.» ¿Quién es ésta a la que le resulta casi imposible? ¡Descúbrelo! Y entonces te sorprenderás: el ego es el ego; no es masculino ni femenino. No lo dividas. Los egos no tienen sexo, no tienen género; es la misma enfermedad. Si una mujer tiene cáncer, es cáncer; si un hombre tiene cáncer, es cáncer. No es masculino y femenino. El ego es exactamente igual: el cáncer de la mente. ¿Y quién te dice que te rindas al ego masculino? La rendición, la entrega, nunca es al otro. Cuando dos personas se enamoran, ambas se rinden al amor, ninguna se rinde a la otra. Si el otro pone esfuerzo para que te rindas a él, evítalo: esto no es amor. El amor nunca exige rendición. La rendición, la entrega, sucede de manera natural en el amor. No se exige.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .