Por este medio, los hombres, después de haber aprovechado reciprocamente tos testimonios de su perdición
y los signos de su estado de expiación, podrían ayudarse después unos a otros con signos de enmienda, de resignación y de estímulo a la oración para desviar la colera Divina y, sin duda alguna, llegarían poco después a servirse mutuamente de los signos de gracias celestes, de perdones, de consuelos y de gozos que hubiesen cambiado para ellos el reino de la muerte y los hubiese puesto de algún modo en el remo de la vida, incluso antes de que hubiesen abandonado esta región terrestre y mixta, a la que la unidad parece tener que ser tan extraña No lo dudemos esos eran los propósitos de la sabiduría para el genero humano, ya que lo único que pretende esta sabiduría es llenar toda la tierra.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .