El Tao, el gran Uno indiviso, genera dos principios de la realidad opuestos... Éste es

el fundamento mismo del enfoque taoísta: que el uno se vuelve dos... porque solo entonces es posible el juego. El uno tiene que convertirse en dos, y los dos tienen que ser opuestos el uno del otro: entonces empieza el juego. Las antiguas escrituras hindúes dicen que Dios estaba solo y se sentía realmente muy solitario. Decidió crear al otro. Por eso dicen los hindúes que la existencia es leela, un juego: Dios creó al otro simplemente para divertirse un poco. El Tao es uno, pero en el momento en que se manifiesta tiene que volverse dos. La manifestación tiene que ser dual, no puede ser una. Tiene que ser dos, tiene que dividirse en dos. Tiene que volverse materia y consciencia, tiene que convertirse en hombre y mujer, tiene que convertirse en día y noche, tiene que convertirse en vida y muerte. Encontrarás estos dos principios en todas partes. La vida entera consiste en estos dos principios, y detrás de estos dos principios está oculto el Uno. Si continúas permaneciendo involucrado entre estas dos dualidades y los opuestos polares, permanecerás en el mundo. Si eres inteligente, si estás un poco más alerta, y si empiezas a mirar más profundo, en el fondo de las cosas, te sorprenderás: estos opuestos no son realmente opuestos, sino complementarios, y detrás de ambos hay una sola energía: el Tao.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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