También nos dirá: Pobres de vosotros, fariseos, que parecéis sepulcros que están disimulados y no
los reconocen los hombres que pasan por encima de ellos. Porque, si escuchamos al enemigo, procurará que tengamos limpia la parte exterior de la taza y del plato, mientras que lo de dentro de nuestros corazones estará lleno de rapiña y de iniquidad. Se nos dirá: Pobres de vosotros, doctores de la ley, que ponéis sobre los hombres cargas insoportables y que no querríais haberlos tocado con la punta del dedo, porque, siendo peores todavía que aquel servidor al que el amo había perdonado la deuda y después sale y estrangula al que le debe a él para que le pague, habremos cometido la injusticia de pagarnos nosotros mismos lo que no se nos debía, sin pagar lo que debíamos.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .