La razón de que el hombre, al unirse a la fuente de vida, se vea
como depo sitario de tan grandes tesoros y pueda manifestarlos en si mismo en tan gran- des y saludables multiplicaciones es que esta fuente de vida le hace descubrir en el fondo de su ser siete fuentes activas que, al unir en común sus diversas fuerzas, desarrollan unas con otras sus propiedades particulares de una forma que no puede interrumpirse y que hace que estas fuentes sean inagotables >a que es la fuente de la vida la que las anima y las mantiene Son como otras tantas bases sacramentales que llevamos en nosotros mis mos y sobre las que se debe elevar todo edificio sacerdotal al que fue destina- do el hombre por su naturaleza primera y según los planes de su origen Son las siete columnas levantadas con esta piedra innata que hay en nosotros so- bre la cual ha dicho el reparador que quería construir su iglesia.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .