San Juan Crisóstomo se expresa así: " Al comer alimentos cárneos seguimos la huella de

los lobos y adoptamos hábitos de tigres; o más bien somos aun de peor calaña que ellos. . . ". "Cuanto más exuberante y corpulento sea el cuerpo, tanto más débil y macilenta será el alma; cuanto más se ceba aquél, más se va sepultando "ésta". ("Homilías" 69, 13 y 14).

Eduardo Alfonso . La iniciación .

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