El espíritu nos dice también: «hijos míos, me queda poco tiempo para estar entre vosotros.
Me buscaréis y, lo mismo que he dicho a los judíos que no podían venir donde yo voy, os lo digo también ahora, porque el espíritu es el maestro y nosotros no somos más que los discípulos y no podemos recibir nada más que lo que viene de él, mientras que la fuente en la que él vive nos resulta siempre impenetrable, y porque este espíritu va a realizar la obra de la liberación de los cautivos que podemos repetir después en su nombre, en nosotros mismos y en nuestros hermanos; pero nosotros no hubiésemos podido realizarla nunca sin él y si él no hubiese empezado por realizarla en nosotros. Por eso es por lo que él había dicho a los suyos antes: podréis beber el cáliz que yo beberé. Por eso es también por lo que acababa de admitirlos a la participación del cáliz y a comer su cuerpo en el paso, para prepararlos para participar después en toda la actividad de su obra, porque todas estas palabras son espíritu y vida.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .