En el primer caso se le envía un pensamiento de cólera; en el segundo, de

serenidad; en los dos casos, el pensamiento logrará inevitablemente su objeto y tenderá a reproducirse en los cuerpos astral y mental de la persona en quien se piensa. Pensemos, pues, frecuente y afectuosamente en nuestros amigos, en sus buenas cualidades, e intentemos, concentrando nuestra atención en ellas, fortificarlas y ayudarlas. Que nuestra atención en ellas, fortificarlas y ayudarlas. Que nuestra crítica sea bienhechora y busquemos los méritos con tanto celo como la crítica ordinaria busca las apariencias de los defectos.

C. W. Leadbeater . El Pensamiento su Poder Y Su Empleo .

Índice