Una vez me hospedé en una casa con un amigo. Había muchísimos ratones en la
casa, y ratas. Esa noche sucedió que una rata debió de meterse en la cama de mi amigo cuando estábamos dormidos. La rata estaba a punto de morder, estaba a punto de morderle el pie, y él se despertó. Saltó de la cama, gritando; la rata debió de escapar. No se había producido ningún daño —solo estaba a punto de morder—, pero él se asustó muchísimo. Tenía miedo de que quizá fuera una serpiente. Y le dije: «¡Eres un tonto! No hay ninguna serpiente, nada», y miramos por todo, «y sabemos que hay muchas ratas en tu casa. Debe de haber sido una rata». Así que se quedó satisfecho; nos fuimos a dormir. Todo estaba perfectamente bien. Fuimos al río, nadamos en el río, volvimos. Después de comer encontraron una serpiente en la casa, e inmediatamente mi amigo se desmayó, ¡solo con la idea! Y puse mucho empeño, pero ya estaba inconsciente, así que ¿qué hacer? Permaneció inconsciente durante hora y media, en una especie de coma. Llamaron a médicos, le examinaron. Dijeron: «No hay ningún problema, ningún veneno, nada. Ni siquiera la rata ha hecho ningún daño, y no hay atisbo de ninguna serpiente.» Pero aún así le pusieron inyecciones para que volviera en sí... ¡Solo la idea! Pero la idea puede crear una realidad.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .