La mayoría de nosotros tratamos de llenar nuestra vida con el conocimiento, con entretenimientos, con

creencias y aspiraciones espirituales, las cuales, según observamos, tienen muy poco valor. Deseamos experimentar algo trascendental, algo más allá de las cosas mundanas; queremos experimentar algo inmenso, que no tenga límites, que esté fuera del tiempo. Para “experimentar” algo inconmensurable, tenemos que comprender las implicaciones de la “experiencia”. ¿Por qué necesitamos en absoluto tener “experiencia”? Por favor no acepten ni rechacen lo que se está diciendo, limítense a examinarlo. El que habla seamos precisos una vez más al respecto- no tiene importancia alguna (Es como el teléfono; ustedes no obedecen lo que el teléfono dice. El teléfono no tiene autoridad, pero ustedes lo escuchan). Si uno escucha cuidadosamente, en ello hay afecto, no acuerdo o desacuerdo, sino una calidad de mente que dice “veamos de qué habla usted, veamos si ello tiene algún valor, y qué hay en ello de verdadero o de falso”. No acepten ni rechacen, sino observen y escuchen, estén atentos no sólo a lo que se dice, sino también a sus propias reacciones, a sus distorsiones mientras están escuchando; vean sus prejuicios, sus opiniones, sus imágenes, sus experiencias, y observen cómo esas cosas están impidiéndoles escuchar.

Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .

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