Después de conceder espacio a las encontradas opiniones de los científicos respecto de los fenómenos

psíquicos, justo es atender a las teorías de los alquimistas medioevales, quienes, salvo raras excepciones, profesaban en este punto las mismas doctrinas que los antiguos filósofos, resumidas en la alquimia; la cábala caldeo-hebraica, los sistemas esotéricos de los magos y de los pitagóricos, y posteriormente las enseñanzas de los neoplatónicos y teurgos. Más adelante examinaremos las ideas de los gimnósofos indos y de los astrólogos caldeos, sin descuidarnos de poner de manifiesto las capitales verdades subyacentes en las mal comprendidas religiones de la antigüedad. Los cuatro elementos de nuestros antepasados: tierra, aire, agua y fuego, significan para el estudiante de alquimia y magia o psicología antigua, algo que jamás sospecharon los filósofos modernos. Conviene advertir que la llamada nigromancia o espiritismo, en cuanto atañe a la evocación de los difuntos, es práctica universalmente difundida en todos los países desde la más remota antigüedad.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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