Un hombre tuvo un grave ataque al corazón y le dijeron que si quería vivir
tenía que dejar completamente de beber, de fumar y de hacer cualquier tipo de esfuerzo físico. Después de seis meses, fue a la consulta del médico para un chequeo. Después de oír que estaba progresando bien, le dijo al médico: «Sabe, a veces tengo tantas ganas de beber... No mucho, solo probarlo un poco. ¿No podría tomar una o dos copas, quizás una vez a la semana, la noche del viernes o el sábado?» «No», dijo el médico, «pero le diré una cosa. Le permitiré beber un vaso de vino con la cena». Algunos meses después, volvió para otro reconocimiento médico. Esta vez le dijo al médico: «Sabe, doctor, a veces tengo una ganas enormes de fumar un cigarrillo. Si pudiera simplemente dar una calada cuando me despierto y otra después de cada comida...» «No», dijo el médico. «No tardaría en estar fumando un paquete al día. Pero si quiere, puede fumar un puro a la semana, quizá después de la cena del domingo.» Pasaron los meses, y mejoraron la salud y el estado de ánimo de nuestro amigo. Había solo una cosa que le carcomía. Cuando volvió a ver al médico, se lo dijo sin ambages: «Doctor, no es normal estar sin relaciones sexuales. Sin duda, estoy lo suficientemente sano para ser capaz de volver con eso.» «No», dijo el médico. «El esfuerzo físico, junto a la excitación, podrían ser demasiado. Pero le diré una cosa: le permitiré tener relaciones sexuales una vez a la semana... pero solo con su esposa.».
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .