La mayor tentación es no tener tentaciones, y así debemos alegrarnos al vernos tentados, para

con resignación, calma y constancia resistir a la tentación. Considerad que no debéis hacer nada sólo para vos mismo, sino que habéis de cumplir los deberes prescritos por Dios. Anhelad encontrar a Dios y no busquéis lo que Dios os puede dar. Haced todo cuanto hayáis de hacer; pero no con el propósito de recibir el fruto de la acción. Si cumplís todas vuestras acciones con el pleno convencimiento de que no os han de allegar provecho personal, sino que las hacéis porque es vuestro deber y está en vuestro temperamento el hacerlas, se debilitará gradualmente la personalidad egoísta hasta que, por completo apaciguada, brille en todo su esplendor el verdadero Yo y lo conozcáis. No debéis consentir que la alegría ni la pena os desvíen de vuestro resuelto propósito. Hasta que el Maestro os acepte, trabajad abnegadamente por el progreso y adelanto de la humanidad. Esto es lo único que proporcionará verdadera satisfacción. El conocimiento aumenta en razón directa de su uso; esto es, cuanto más enseñamos, más aprendemos. Por lo tanto, busquemos la verdad con la confianza de un niño y la voluntad de un iniciado, comunicando nuestro conocimiento a quien de él carezca, para confortarlo en su peregrinación. El discípulo debe reconocer plenamente que los derechos individuales son el resultado ponzoñoso de la serpiente del egoísmo. Nunca puede recriminar ni censurar a nadie ni levantar la voz para defenderse o disculparse. Ningún hombre es nuestro enemigo ni nuestro amigo. Todos son por igual nuestros instructores No hay que trabajar por apego al provecho temporal o espiritual, sino para cumplir la ley de la vida, que es la recta voluntad de Dios.

H.P. Blavatsky . Ocultismo Practico .

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