Uno observa la tremenda necesidad de dar origen a una mente nueva, no una mente

que ha tenido un millar de experiencias o que se halla presa en un determinado patrón cultural religioso, social o económico. Este patrón se está repitiendo incesantemente a través de la historia, cambiando un poquito aquí y allá. Las revoluciones sociales y económicas no son realmente revoluciones en absoluto. Como ser humano que vive una existencia sin sentido en este mundo de confusión, en este mundo de gran dolor, de fealdad, de violencia, uno se pregunta si la mente humana puede de hecho transformarse a sí misma. Sólo así podrán solucionarse todos nuestros problemas: el problema del amor, el de la realidad, el de si Dios o la verdad existen o no existen, o si los seres humanos pueden vivir juntos sin conflicto alguno. Para que podamos descubrir esto realmente, con la totalidad de nuestro corazón, de nuestro ser, tiene que haber libertad, libertad para mirar, para investigar, para percibir. Eso ciertamente es lo primero: libertad para observar. Porque la libertad es negada cuando hay cualquier forma de prejuicio, conclusión, ideación, creencia y, sobre todo, cualquier forma de temor.

Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .

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