Pero Patanjali no hablaba a las masas. Hablaba a unos pocos elegidos, a un grupo,

un grupo de unas cuantas personas, igual que hacía Gurdjieff. Gurdjieff nunca habló a las masas. A un grupo muy selecto de sus discípulos se le permitía escucharle, y eso también con numerosas condiciones. No se anunciaba con antelación ninguna reunión. Si él se disponía a hablar esa noche, a las ocho y media, entonces sobre las ocho recibías la indicación de que Gurdjieff iba a hablar en cierto sitio. Y tenías que desplazarte inmediatamente porque a las ocho y media en punto las puertas se cerraban. Y esos treinta minutos nunca eran suficientes. Y cuando llegabas podías encontrarte con que había sido aplazado. Al día siguiente, de nuevo...

Osho . Yoga: La Ciencia Del Alma Vol 1 .

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