Este sacramento de la palabra da tres nombres al hombre nuevo, según las tres facultades

que nos distinguen. Así, en su acción se llamará celeridad de la obra; en su amor se llamará unidad de reflejos de la afección divina; en su pensamiento se llamará la mañana perpetua del día más bello y todo su ser, al desarrollarse así, hará sentir de tal modo sus fuerzas al enemigo que temblará de miedo al enterarse de que se está despertando el león y lo amenaza con no dejarle un momento de reposo y con perseguirlo hasta que haya soltado su presa y se haya quemado en el fuego de la palabra del hombre nuevo.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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