El anciano le dijo, "Eso no te habría ayudado, no hubiera sido útil, porque a
menos que tú tengas los ojos para ver... Estos veinte años han ayudado a que me veas; soy el mismo hombre. Pero hace veinte años me dijiste, "No siento nada". Yo soy el mismo, pero ahora tú te has vuelto capaz de sentir. Has cambiado. Esos veinte años te han sacudido de verás. Todo el polvo ha caído; tu mente es clara. Esta fragancia de almizcle estuvo aquí todo el tiempo, pero no eras capaz de olerla. Tu nariz estaba obturada; tus ojos no funcionaban, tu corazón no latía de verás. Así que el contacto no era posible".
Osho . Yoga: La Ciencia Del Alma Vol 1 .