Las edades de oro, plata, cobre y hierro no son ficción poética. La misma ley

rige en la literatura de los diversos países. A una época de viva inspiración y espontánea labor literaria, sigue otra de crítica y raciocinio. La primera proporciona materiales al espíritu analítico de la segunda. Así, todos aquellos caracteres que gigantescamente despuntan en la historia de la humanidad, como Buda y Jesús en el orden espiritual y Alejandro y Napoleón en el material, son reflejadas imágenes de tipos humanos que existieron miles de años antes, reproducidos por el misterioso poder regulador de los destinos del mundo, y por ello no hay personaje histórico eminente sin su respectivo antecesor en las tradiciones mitológicas y religiosas, entreveradas de ficción y verdad, correspondientes a pasados tiempos. Las imágenes de los genios que florecieron en épocas antediluvianas se reflejan en los períodos históricos, como en las serenas aguas del lago la luz de la estrella que centellea en la insondable profundidad del firmamento.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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