En tanto exista el experimentador recordando la experiencia, la verdad se halla ausente. La verdad

no es algo que pueda recordarse, almacenarse, registrarse, y después sacarse a relucir. Lo que se acumula no es la verdad. El deseo de experimentar crea al experimentador, quien entonces acumula y recuerda. El deseo contribuye a que el pensador se separe de su pensamiento; el deseo de devenir, de experimentar, de ser más de esto o menos de aquello, sirve para crear división entre el experimentador y la experiencia. La percepción inteligente acerca de las modalidades del deseo es conocimiento propio. El conocimiento propio es el principio de la meditación.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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